No tengo palabras para reconocer la labor que hacéis. Siempre he sido reacia a ir al viaje escolar, pero al final del primer día ya estaba relajada.
Los monitores controlaban al máximo y empatizaban con los alumnos desde el principio. No se separaron ni de noche ni de día y, al final, en lugar de estar pendiente del control pude dedicarme a participar con los alumnos.
Sin duda, el próximo lo haré con vosotros…